Al igual que a los hombres primitivos les gustaba decorar las paredes de sus cuevas, nosotros decidimos hacer lo propio con la entrada de nuestra caverna particular.
Después de varios días buscando información sobre las pinturas rupestres y tras ver varias fotos y láminas sobre el tema, nos pusimos manos a la obra.
Todos estuvieron de acuerdo en que los colores más adecuados eran el negro, el marrón y el naranja, y aunque también tuvieron muy claro qué era lo que representaban los hombres primitivos en sus cuevas (escenas y útiles de caza, sus huellas, animales...), finalmente no se decidieron a pintar ningún animal (de momento).
Poco a poco, iremos dejando salir nuestra creatividad sin miedo y pintaremos alguna cosita más.
No me pude resistir a dejar mi huella ¿cuál será?
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