Como comentaba ayer, hoy seguimos haciendo cosas para decorar el aula.
En una página de manualidades navideñas, vi una idea me gustó.
En principio a los peques no les dije cuál iba a ser el resultado de la actividad, colo les conté que lo único que íbamos a necesitar era cartulina, pintura de dedos marrón y nuestro dedito índice (el de señalas como dicen ellos).
Yo les guié en la forma, más o menos, en que debían plasmar sus huellas en la cartulina para conseguir el resultado deseado (el que yo deseaba porque ellos aún no sabían cuál iba a ser).
Este era, hasta el momento, el resultado antes de que yo les pusiera los últimos detalles. Así que ahora llegaba el momento de echarle imaginación: unos decían que tenía forma de mariposa, otros de corazón otros de gusanos... pero nadie acertó ya que no era fácil.
Cuando las huellas se secaron, yo añadí lo que faltaba para aclarar las dudas y este fue el resultado.
Se trataban de dos dulces renos enamorados... nunca se lo hubieran imaginado, decían.
Hoy decidimos colgarlos en nuestro árbol de navidad pero mañana les prometí que se lo llevarían a
casa.
Además de hacer una sencilla y divertida manualidad, nos sirvió para trabajar algunas cosas como repasar los nombres de los dedos, ver qué son las huellas dactilares y dejar volar nuestra imaginación.
¡Espero que os guste la idea!
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