Primero expliqué el funcionamiento del juego para aquellos que nunca habían jugado y luego hicimos el reparto de fichas y cartones.
Ya estábamos listos para comenzar a jugar. En el bombo ya estaban metidas todas las bolas del 1 al 90 y todos tenían que estar muy atentos para que no se les pasara ningún número.
Pero por si acaso alguno se despistaba, fuimos escribiendo en la pizarra todos y cada uno de los números que iban saliendo.
A algunos se les iban resistiendo los números del cartón, así que cuando los que aún no habían tenido suerte, empezaron a colocar las primeras fichas, el resto de compañeros aplaudían como locos para celebrarlo, una muestra de compañerismo que me encantó y de la que los mayores deberíamos aprender.
Al final, el juego estaba muy ajustado y casi todos estaban a dos o tres números de rellenar el cartón, pero finalmente, del bombo salió el 40 y Nuria fue la afortunada ganadora.
El premio fue un aplauso del resto de compañeros, pero en realidad ganamos todos, porque pasamos un rato divertidísimo a la vez que los peques demostraron una atención y un dominio de los números increíble.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!
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